March 31, 2011
Spain

Parques eólicos, amenaza de aves

ANA MARTÍNEZ | ALBACETE.08.03.11 - laverdad.es

Wind energy facilities threaten birds

No siempre es cierto que el fin justifique los medios, pero en este caso se cumple aquello de que se viste un santo para desvestir a otro. Y es que si bien las energías renovables evitan la proliferación de nucleares y no emiten CO2 a la atmósfera, también suponen un peligro de muerte para la biodiversidad si su expansión y desarrollo no se estudia milimétricamente para causar el menor impacto ambiental posible.

En la actualidad, Castilla-La Mancha cuenta con 3.078 aerogeneradores distribuidos por los 112 parques eólicos que hay en la Región, de los cuales un número muy importante se encuentran en Albacete, provincia que encabeza el ranking castellano-manchego de megavatios instalados. La mala noticia es que la ubicación inapropiada de estos parques eólicos acaban con la vida de 1.300.000 aves al año en toda la Comunidad, muchas de ellas en peligro de extinción como ocurre con el águila imperial, el águila perdicera o el cernícalo primilla.

Por este motivo, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) acaba de rechazar el plan eólico de Castilla-La Mancha por carecer, a su juicio, de una adecuada integración de los criterios medioambientales y principios de sostenibilidad ambiental.

Imagen de un parque eólico en la provincia de Albacete :: LA VERDAD

Para entender estas críticas y la destrucción que se está produciendo de la biodiversidad albaceteña como consecuencia de una mala política de ubicación de estos aerogeneradores, hay que tener en cuenta que la instalación de un parque eólico supone la destrucción de 20 hectáreas de hábitat o, lo que es lo mismo, 20 campos de fútbol como el Santiago Bernabéu o 2.200 hectáreas desaparecidas en toda la Región.

De promedio, cada una de estas centrales de producción de energía eólica requiere la construcción de un tendido eléctrico de nueve kilómetros, herramientas que se han convertido en una de las principales causas de muerte de la avifauna. Igualmente, cada parque conlleva también la creación de diez kilómetros de nuevas pistas forestales, es decir, que Castilla-La Mancha ya cuenta con 1.120 pistas forestales en medio del campo y del monte que contribuyen a una mayor celeridad de desaparición del hábitat porque también incrementa la accesibilidad del ser humano.

«El modelo de desarrollo que se ha seguido en Castilla-La Mancha ha sido poner los parques eólicos en medio de cerros y montañas que antes no eran accesibles, por lo que había una fauna protegida», explica Juan Carlos Atienza, coordinador de Conservación de la SEO/BirdLife, quien apunta que las «molestias humanas» son la segunda amenaza contra la protección de las aves, después de la destrucción del hábitats. «Si a los lugares más recónditos de la montaña ya de puede llegar con perros, quads y todoterrenos, estamos amenazando a una fauna ya de por sí dañada y en peligro de extinción», insiste Atienza. En este sentido, desde la SEO/BirdLife se lamenta que Castilla-La Mancha esté sufriendo el mayor desarrollo industrial de su historia que se está produciendo en medio del campo, ya que las empresas buscan zonas propensas al viento y alejadas de poblaciones y zonas agrarias para que ni vecinos ni agricultores puedan quejarse. Es por ello que ahora los parques están quedando relegados «a lo que ellos llaman eriales», zonas sin embargo muy valiosas e importantes para aves y mamíferos.

Una gran amenaza

Según los datos que tiene la SEO, en Castilla-La Mancha mueren 1,3 millones de aves al año por colisionar contra las palas de los aerogeneradores o los tendidos eléctricos, un número considerable con el que se demuestra que los parques eólicos tienen «una gran capacidad para matar aves».

Si bien el plan eólico de Castilla-La Mancha -cuyo plazo de alegaciones acaba de concluir- sí que excluye a las zonas de especial protección para las aves (Zepa), no tiene en cuenta las áreas importantes para las aves (IBA) ni tampoco las áreas de dispersión donde muchas especies, como el águila imperial ibérica, han ampliado sus territorios de cría. «Lo suyo es que un parque eólico esté al lado de los polígonos industriales, pero si se decide ponerlo en medio del campo, que se excluyan las zonas donde habitan especies amenazadas porque pueden chocar contra las aspas y los tendidos eléctricos», enfatizó Juan Carlos Atienza.

Finalmente destacó el esfuerzo técnico y humano que ha realizado la SEO para elaborar un mapa geográfico en el que ha distinguido dónde no se pueden colocar parques eólicos por suponer una amenaza para la biodiversidad. «Hay suficiente espacio y territorio para que nuestra flora y fauna pueda convivir sin peligros con el desarrollo de la energía eólica; se puede compatibilizar y los impactos se pueden minimizar».


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